EL HOMBRE DE ORCE

El Hombre de Orce es un fósil óseo hallado en 1982 por el equipo del paleoantropólogo Josep Gibert i Clols en el yacimiento de Venta Micena, pedanía del municipio español de Orce, en la provincia de Granada (Andalucía). También se le conoce como fósil VM-0. Varios investigadores propusieron que el fósil era de origen animal en lugar de humano, creando una gran controversia. Los defensores de esta teoría se basaban en la presencia de una cresta en el fósil para afirmar que se trataba de restos de un équido y no de un humano como el profesor Gibert defendía. El Louvre de París fue una de las instituciones que más atacó la veracidad del resto fósil. Sin embargo, el hallazgo de un cráneo de época romana con una cresta semejante a la encontrada en el Hombre de Orce, además de los estudios químicos que demuestran la presencia de elementos exclusivamente humanos (albúmina), avalan la naturaleza humana del fósil. Por otro lado, estos análisis inmunológicos nunca fueron considerados concluyentes, pues resultaba raro y sospechoso que un fósil tan antiguo conservara cantidades tan grandes de albúmina. Los estudios muestran que la antigüedad próxima del fósil está en torno a 1,3 millones de años. En la zona se han encontrado piezas manipuladas por el hombre con una fecha estimada de 1,4 millones de años de antigüedad en los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva 3.

martes, 9 de septiembre de 2014

DESCUBIERTO EN ORCE UN TALLER DOMÉSTICO DE 1'4 MILLONES DE AÑOS.

Campaña de excavaciones en Orce saca al descubierto un taller doméstico de hace 1,4 millones de años

lainformacion.com martes, 12/08/14 (EuropaPress)
La campaña de excavaciones en los yacimientos de Fuente Nueva 3, Barranco León y Venta Micena, en Orce (Granada), que ha llevado a cabo un equipo multidisciplinar de 60 personas, ha sacado a la luz un taller doméstico para la fabricación de instrumentos de hace 1,4 millones de años mejor conservado de lo que esperaban los especialistas.

La campaña de excavaciones en los yacimientos de Fuente Nueva 3, Barranco León y Venta Micena, en Orce (Granada), que ha llevado a cabo un equipo multidisciplinar de 60 personas, ha sacado a la luz un taller doméstico para la fabricación de instrumentos de hace 1,4 millones de años mejor conservado de lo que esperaban los especialistas.
Según ha explicado a Europa Press Robert Sala, que ha codirigido las excavaciones junto a Bienvenido Martínez-Navarro, este descubrimiento, que se ha producido en Barranco León, ha permitido determinar "por primera vez" la realización de tareas domésticas en este enclave, un yacimiento en el que hasta ahora no se habían encontrado tallas.
En Fuente Nueva 3, datado también en 1,4 millones de años de antigüedad, el equipo ha seguido excavando las defensas de un mamut de cinco metros de altura, y ha constatado que el yacimiento tiene una "gran acumulación" de restos de estos animales, lo que lo convierte en un "verdadero cementerio de elefantes", un lugar donde estos mamíferos de hasta 12 ó 14 toneladas, morían y con el tiempo quedaban enterrados.
En Venta Micena, los arqueólogos han continuado con las tareas que ya comenzaron el pasado año --después de ocho años sin excavar--, con el análisis del llamado corte 4, donde se han obtenido resgistros de multitud de restos de mamíferos y de grandes animales que poblaban esa zona, hace más de 1,5 millones de años, confirmando la "riqueza" del enclave. En este yacimiento fue además donde comenzó a trabajar por primera vez el paleoantropólogo Josep Gibert, que halló los restos de un cráneo con características humanas que bautizó como los restos del 'Hombre de Orce'.
La campaña, que está enmarcada en el proyecto 'Primeras ocupaciones humanas en el Pleistoceno Inferior de la Cuenca Guadix-Baza, Orce (Granada)', que dirige Sala, profesor titular de Prehistoria de la Universitat Rovira y Virgili e investigador del Institut de Paleoecología Humana i Evolució Social de Tarragona (Iphes), continuará el próximo año, y, a partir de 2016 "habrá que ir pensando en renovar el programa".
EL EQUIPO
Su equipo está integrado por especialistas en arqueología, la paleoecología, la palentología, la paleoantropología, la geología, la restauración o la didáctica, y procedentes de instituciones diversas como el Iphes), las universidades de Granada y Málaga, la Universidad Rovira i Virgili, la Universidad de Alcalá de Henares-Instituto Carlos III, el Museo de Granada, el Museo Municipal de Orce o el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cnieh).
La zona arqueológica de la Cuenca de Orce (ubicada geográficamente dentro de la Cuenca Guadix-Baza) fue declarada BIC por el Decreto 335/2012 de 17 de julio, y puede considerarse actualmente uno de los más importantes enclaves geológicos y arqueo-paleontológicos a nivel mundial.
Su importancia radica, entre otros factores, en la posibilidad de que permite la reconstrucción paleoecológica de los primeros hábitats humanos del continente europeo, así como el estudio de la evolución de la fauna y flora del pleistoceno inferior y su interacción con las comunidades humanas más antiguas. Tanto por la variedad como por la densidad de vestigios paleontológicos se puede considerar esta unidad como uno de los puntos de Europa mejor conservados para este marco temporal.
Las metas del proyecto son el conocimiento de las características básicas de las primeras ocupaciones humanas en la Cuenca Guadix-Baza, el establecimiento y periodización de sus fases, el estudio de los factores que pudieron intervenir en su evolución y el medio paleoecológico y paleográfico en el que se desarrolló; también se analiza su relación con el marco regional europeo, y se promueve la difusión y puesta en valor de este conjunto tan destacado.
Hasta ahora se han datado los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva 3 en torno a 1,4 millones de años. Se han publicado numerosos artículos científicos sobre asuntos como el registro fósil de Homo de Fuente Nueva-3 --que supone la presencia de homínido más antigua en la península Ibérica--, sobre la fauna documentada en los yacimientos de Orce, las relaciones de competencia entre humanos y otros mamíferos en este entorno y otros.

LOS HOMINIDOS DE ORCE.

Los homínidos de Orce cuidaban de sus niños y sus mayores

La campaña de excavaciones en los yacimientos de Orce permite seguir avanzando en el estudio de la forma de vida de los primeros pobladores de Europa
Los homínidos que habitaron en Orce hace 1,4 millones de años cuidaban de sus niños y de sus ancianos, eran carroñeros y se disputaban los despojos de los mamuts con hienas de más de 150 kilos. Además, vivían en comunidades de varias decenas de personas, pero no ocuparon las cuevas colindantes y prefirieron vivir en el límite entre el llamo y la zona boscosa, con un árbol cerca por si era necesario encaramarse para huir de algún peligro. Y tenían la suerte de habitar en el mayor vergel de toda Europa, la zona con el clima más benigno durante todo el año, una especie de Marbella en el Pleistoceno. 

El equipo multidisciplinar encabezado por los investigadores Robert Sala y Bienvenido Martínez acaba de terminar la campaña de excavaciones en los yacimientos de Fuente Nueva 3, Barranco León y Venta Micena. No han encontrado restos humanos, pero no les ha hecho falta para seguir definiendo cómo era la vida de los primeros pobladores de Europa. De momento, el diente de un niño de unos diez años es el único vestigio encontrado hasta la fecha por este equipo, aunque en esta campaña han encontrado en Barranco León un 'taller' para tallar la piedra con la que descuartizar a los animales. La otra gran noticia de este año es que, definitivamente, Fuente Nueva 3 es el yacimiento con más posibilidades de tener restos humanos, por encima incluso de Venta Micena, el enclave en el que José Gibert encontró en 1982 el polémico cráneo bautizado como el Hombre de Orce. 

Presencia humana 

El punto de inflexión fue la publicación el año pasado del estudio sobre el diente de un niño de 1,4 millones de antigüedad encontrado en Barranco León. "A partir de este momento ya nadie duda de que haya restos humanos en los yacimientos de Orce", asegura Bienvenido Martínez. De momento, parece que en esta campaña no han encontrado ningún resto humano, "pero eso no significa que no vayan a aparecer los próximos años". 

El equipo, que trabaja de forma continuada desde 2010 en la zona, ya ha desterrado el concepto que se tenía de que en Venta Micena iban a aparecer restos humanos con sólo levantar una piedra. "Pero lo importante es el discurso científico, entender cómo eran las especies, cómo se relacionaban, el medio ambiente en el que se desenvolvían estos primeros homínidos que llegaron al continente europeo", continúa el codirector de unas excavaciones que, este verano, han deparado una enorme cantidad de restos de fauna, desde mamuts, hipopótamos, rinocerontes o caballos, pasando por ciervos de todos los tamaños, bóvidos... 

A día de hoy, con las chicharras y el sol plomizo de agosto como protagonistas de este paraje, es inconcebible pensar que, hace millones de años, la cuenca de Baza era el mayor vergel de Europa. Fuente Nueva era un cementerio de elefantes, un antiguo manantial de aguas termales donde los mamuts y los ungulados iban a beber, especialmente cuando estaban moribundos. 

Todo un reclamo para los homínidos carroñeros de Orce, que podían saber dónde se encontraba un animal fallecido con sólo levantar la vista y observar por dónde sobrevolaban los buitres. Así que la imagen de un cazador con su lanza persiguiendo a un mamut no tiene nada que ver con la dura realidad de estos homínidos de Orce, que en principio tendrían una datación de entre 1,3, 1,4 e incluso 1,5 millones de años. Son más modernos que los encontrados en el yacimiento de Dmanisi (Georgia), de 1,7 millones de años, los más antiguos hallados a las puertas de Europa, un modelo con un cerebro inferior a 300 centímetros cúbicos. El propio Martínez participó en la investigación del esqueleto postcraneal de los homínidos de Dmanisi que se publicó en 2007 en Nature. Pero, ¿qué pasa en cronologías posteriores en 300.000 años? "Probablemente son formas parecidas a las de Dmanisi, pero más evolucionadas, con el cráneo y el esqueleto un poco más grandes", señala el investigador. 

En cambio, sí hay datos de cómo se comportaban, de cómo aprovechaban los cadáveres de los grandes ungulados como los mamuts de Fuente Nueva. Podían descuartizar un animal de mil kilos, pero no llevaban los utensilios consigo, portaban un núcleo y lo tallaban allí mismo, sacando una serie de pequeñas lascas para cortar la piel, descuartizar al animal, cortar las patas y también para desarticular el cráneo y sacar el cerebro, "que nutritivamente es lo más rico de cualquier cuerpo", continúa Martínez porque, a estas alturas, no se puede pensar en ningún tipo de ritual. 

Los mamuts, por su tamaño, estaban a salvo de los depredadores y, cuando se ponían enfermos, intentaban en primer lugar combatir la deshidratación, con lo que acudían como quien va a la consulta del médico a las aguas termales, que tenían un gran contenido en sales minerales. Algunos animales se salvaban, pero otros morían allí. Y el hombre siempre intentaba llegar antes que sus grandes competidores, las hienas. 

De hecho, se han encontrado los restos de un elefante totalmente desarticulado. Le sesgaron las cuatro patas y le extrajeron los sesos, que es el mejor alimento para dos tipos de humanos, los bebés recién destetados -que no tienen los dientes preparados para procesar alimentos más duros- y los ancianos desdentados. "En Dmanisi se ha encontrado los restos de una anciana desdentada con los alveolos reabsorbidos, y llegó a ser tan vieja porque la cuidaron las hijas. Si esto se produjo es porque había ya cierta organización social y se cuidaba a los ancianos, un comportamiento que se conoce en los humanos desde hace unos 2 millones de años y que también se tuvo que dar en Orce", señala. 

Vida en comunidad 

Los grupos humanos que habitaron en la cuenca de Baza eran capaces de llevarse los restos de un elefante que puede pesar más de 10.000 kilos. Pero, ¿dónde se llevaban la comida? "A nadie se le ocurre montar un campamento en campo abierto", señala Martínez pese a que su equipo no ha encontrado en la zona cuevas que tengan vestigios de habitación humana. Pero, en torno a las montañas que circundan la sierra, hay muchos bosques y es probable que estos homínidos viviesen en la interfase entre el llano y los bosques "porque los árboles siempre ofrecen protección". Son homínidos que han bajado de los árboles pero, si es necesario y hay peligro, se vuelvev a subir rápidamente. 

En Fuente Nueva y Barranco León se ha documentado presencia humana; de momento, en Venta Micena no se ha encontrado ninguna evidencia clara. "Esto no quiere decir que no vaya a aparecer presencia humana aquí, yo personalmente tengo la esperanza de que sí se encontrará, porque la fauna de Venta Micena, que se parece mucho a la de Dmanisi, indica que las condiciones biológicas permiten la vida de los homínidos". 

En Barranco León y Fuente Nueva han encontrado, aparte del diente del niño, más de 3.000 piezas líticas talladas, lo que indica que la actividad humana era importante. No podían comer carne podrida y nadie transporta algo que no se va a comer, con lo que estas comunidades tendrían que estar integradas por bastantes decenas de personas. Transportaban 800 kilos de comida y esta carne había que comérsela antes de que se pudriera... "Sólo ese dato nos indica que los grupos humanos eran relativamente grandes, lo que indica que la organización social era más o menos elaborada". Pero no se puede decir que fueran sedentarios. Los carroñeros necesitan cierta movilidad, lo que ocurre es que esta zona era un lugar exquisito para la vida, nada que ver con el secarral que es hoy en día. "Tenía unas condiciones climáticas excepcionales porque el lago hacía que en invierno hiciera menos frío y que en verano hiciera menos calor. Fuera de aquí, el clima no era tan bueno ni la vida tan rica. Por eso Orce es tan importante", recalca. 

Además, el hombre no tenía depredadores porque capturar a un homínido para la cena es poco rentable. "Si te especializas en comer humanos te mueres de hambre", explica el profesor e investigador de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea) y del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social. De hecho, los carnívoros se especializan en comer una especie, que se lleva el 60 o 70 por ciento de sus capturas, otras dos especies que se llevan el 15 por ciento y el resto lo que buenamente pillan. Los humanos, en ese organigrama, son menos numerosos aunque muy peligrosos porque se defendían a pedradas. "Hemos encontrado piedras 'voladoras' de más de kilos que los humanos utilizaron para defenderse", señala el investigador que recalca su convencimiento de que en Fuente Nueva, un yacimiento plagado de elefantes y megaherbíboros, es la tumba de algún homínido. "Es el lugar con mayor potencial para encontrar restos humanos. Hemos excavado sólo la punta del iceberg", concluye.


CEMENTERIO DE ELEFANTES.

El «cementerio de elefantes» de Orce, clave del pasado

LUIS JAVIER LÓPEZ / GRANADA  22/08/2014.
El hallazgo de restos de «megahervíboros» confirma al yacimiento granadino como el de mayores registros de información de nuestros antepasados europeos
ABC
Puede que la frase esté más de actualidad que nunca en referencia a esas instituciones en las que se ubican a personas que antaño tuvieron un peso destacado especialmente en el mundo de la política. Pero realmente existe un cementerio de elefantes que nada tiene que ver con esta expresión figurada tan cotidiana. Se ha encontrado en Orce y el hallazgo ha vuelto a poner de manifiesto la importancia arqueológica de los conocidos yacimientos vinculados a esta localidad del norte de la provincia granadina.
Tras décadas de polémicas, falta de apoyo institucional y olvidos académicos, Orce ha vuelto a ponerse en el mapa de la investigación paleolítica. A ello ayudó el hecho de encontrar el resto de ser humano más antiguo de Europa, el diente de un niño que vivió hace 1,4 millones de años. Aquel hallazgo de 2002 –que fue conocido en marzo de 2013 tras años de rigurosos análisis- puso en la órbita del prestigio científico nuevamente a la excavación granadina. De la mano de arqueólogos como Robert Sala, con una amplia experiencia en los yacimientos de Atapuerca (Burgos), también «se ha conseguido la repercusión social» que se necesitaba para revalorizar este espacio de Orce, como reconocía recientemente el investigador catalán.
Atrás, quedaba la polémica de los años ochenta cuando el antropólogo, ya fallecido, Josep Gibert defendió haber encontrado en este yacimiento el cráneo del supuesto homínido europeo más antiguo y que resultó ser de un equino, finalmente. Pese al varapalo, Gibert luchó por seguir excavando en Orce, y los últimos hallazgos revelan que sus teorías no eran meras especulaciones.
La pasada semana Luciano Alonso, consejero de Cultura de la Junta de Andalucía –institución que financia las excavaciones- confirmaba que el yacimiento granadino es el que «más información registrada tiene» para el conocimiento de los antepasados de Europa en el Pleistoceno inferior. «Cuando se habla de más de 1 millón 400 mil años, la vista sólo puede estar en un sitio y se llama Orce», defendía Alonso que confirmaba el reciente hallazgo de un cementerio de elefantes. Animales de entre doce y catorce toneladas que vivieron aquí y cuyos restos se analizarán en los próximos meses. 

Colmillos de mamuts

Actualmente, se llevan a cabo varias excavaciones de forma consecutiva centradas en dos parajes: los denominados Fuente Nueva 3 y Barranco León, en primer lugar, y el de Venta Micena, a continuación. Ha sido en el primero donde se ha localizado una importante colección de restos de fauna asociada a la presencia humana. En concreto, se ha descubierto la presencia de nueve elefantes fósiles de la especie «Mammuthus meridionalis» en un área de 50 metros cuadrados de excavación, además de otros «megaherbívoros» como hipopótamos, rinocerontes, ciervos gigantes, bisontes o caballos.
Junto a estos hallazgos, que para los investigadores evidencian la presencia de grandes carnívoros en la zona, se han encontrado también útiles tallados como, por ejemplo, cuchillos. Pero de todos los restos, al equipo de arqueólogos han llamado especialmente la atención las dos defensas de mamut de cuatro metros de longitud, que pertenecían a un macho de cinco metros de altura y doce mil kilos de peso. Más del doble que los elefantes africanos que hoy existen.
En total se han invertido más de 314 mil euros por parte de la Junta de Andalucía en este proyecto de investigación titulado «Primeras ocupaciones humanas en el Pleistoceno Inferior de la Cuenca Guadix-Baza». Y de momento, los avances científicos que han surgido de las últimas excavaciones «están dando a Orce la dimensión internacional que su riqueza patrimonial se merece», en palabras del propio consejero de Cultura, Luciano Alonso.
Sin embargo, uno de los mayores retos a los que se enfrenta este grupo de investigadores que coordina Robert Sala, es el de la difusión. «Nos tienen que conocer más y mejor en Burgos», explicaba Alonso refiriéndose a los internacionalmente conocidos yacimientos de Atapuerca. Para lograr este reconocimiento mundial de Orce, está prevista para el próximo mes de septiembre una sesión específica –con visita incluida de investigadores y especialistas- sobre esta zona arqueológica en el Congreso de la Unión Internacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas que tendrá lugar en la capital burgalesa.
Una labor de difusión que también se pretende que alcance a los escolares andaluces y que visitando el yacimiento granadino, puedan ver el desarrollo de estos trabajos paleológicos in situ. Igualmente, cada sábado se celebrarán jornadas de puertas abiertas en las excavaciones para el público en general con el ánimo de que se conozcan las claves del pasado humano que Orce parece ir desvelando tras miles de años enterradas en sus entrañas.


EL HOMBRE DE ORCE, IMPRESCINDIBLE PARA LA CIENCIA.

El hombre de Orce, imprescindible para la ciencia y para Andalucía

El yacimiento y sus tierras comprenden un patrimonio único para estudiar los últimos siete millones de años
18.08.2014.DiARIO DE SEVILLA.


CORRÍA el año 1976 cuando un pequeño equipo de científicos catalanes, dirigidos por Josep Gibert, llegó a las tierras de Orce, en la cuenca granadina de Guadix-Baza, y dio a conocer por primera vez para la paleontología el yacimiento de Venta Micena. 

Desde entonces han pasado ya casi 40 años y mucho, mucho se ha hablado de Orce, de sus importantes y espectaculares yacimientos, de los grandes avances que han supuesto estas localidades con fósiles para las ciencias arqueológicas y paleontológicas y, desgraciadamente, también de sus polémicas. 

Afortunadamente, estamos en un nuevo escenario científico y social donde Orce está encaminado y alcanzando el lugar que le corresponde. Desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte estamos intentando contribuir de la mejor manera que podemos a la gestión de este patrimonio tan importante para Andalucía. 

Orce ofrece unas condiciones geológicas únicas para la conservación de los fósiles de vertebrados y, particularmente, es único en la cantidad y calidad del registro de grandes mamíferos. 

Y, ¿por qué pasa esto? La respuesta es bien sencilla. Durante los últimos siete millones de años, la cuenca de Baza, actualmente un secarral, solamente rica en vegetación en los valles donde hay humedad y circulan pequeños cauces de agua, estuvo ocupada por un gran lago salado de amplia extensión y poca profundidad que abarcaba desde Baza hasta los confines de Orce y Huéscar, con más de 60 km de longitud. Estaba alimentado básicamente por agua de lluvia, y su aporte principal bajaba desde Sierra Nevada, atravesaba la cubeta de Guadix y vertía aguas al lago por el norte de la sierra del Jabalcón. 

Sin embargo, otro aporte suplementario del lago eran las aguas subterráneas, que en ocasiones eran importantes manantiales termales, como ocurre hoy en día en Zújar, en Alicún de las Torres, o en los Fuencalientes de Orce y Huéscar. El lago creó unas condiciones extraordinarias para la vida, atemperando los inviernos y los veranos y contribuyendo decisivamente a un clima local de unas características mediterráneas extraordinariamente cálidas, generando los biotopos más ricos de todo el continente europeo. 

Concretamente en el triángulo que conforman Orce y sus pedanías, Fuente Nueva y Venta Micena, en edades próximas a 1,5 millones de años, hay unos estratos con un registro de fauna fósil, y de industrias líticas, es decir piedras talladas por nuestros antepasados para cortar la carne y descuartizar los cadáveres de los grandes herbívoros, que son de dimensiones kilométricas. Pero además, en ellos se encuentran enterrados muchos millones de fósiles de grandes mamíferos (mamuts, hipopótamos, rinocerontes, ciervos gigantes y pequeños, búfalos, y sobre todo, grandes carnívoros como dos especies de tigres de sable, panteras, linces, osos, perros pintados, chacales, zorros y, especialmente la hiena gigante de cara corta Pachycrocuta brevirostris). 

Y a todos estos fósiles y piedras talladas, unimos la localización, por el momento, de un resto humano: un diente de leche de un niño o niña de unos diez años, el más antiguo nunca localizado en Europa, hablamos de 1,4 millones de años. Por su puesto, este hallazgo fue publicado el pasado año en la revista de Paleontología Humana más prestigiosa, Journal of Human Evolution, y está avalado por un equipo internacional y multidisciplinar compuesto básicamente por científicos andaluces y españoles. 

Por eso, Orce en concreto, y toda la cuenca de Guadix-Baza en general, comprenden el mejor patrimonio de Europa para el estudio de los últimos siete millones de años en el continente. Esto representa una importante riqueza para el desarrollo de las ciencias paleontológicas y arqueológicas en Andalucía y en España; y esta Consejería está apostando de manera comprometida y decisiva en el desarrollo del proyecto científico, en la socialización y enseñanza de este patrimonio entre los escolares andaluces, y contribuyendo a su divulgación general. 

Orce ya tiene un lugar en la ciencia y es un proyecto importante y fundamental para el yacimiento, para Andalucía y para España. Contribuyamos entre todos los implicados a hacerlo lo más grande posible.

ANALIZAN LOS HALLAZGOS DE ORCE.

Analizan a fondo los hallazgos de Orce

El equipo multidisciplinar que durante siete semanas ha desarrollado los trabajos de campo en tres yacimientos de Orce (Granada) analiza ahora a fondo los hallazgos que servirán para conocer el pasado medioambiental de la zona y que se convertirán además en varias tesis doctorales.
Excavaciones en los yacimientos paleontológicos de Orce
La quinta campaña consecutiva de excavaciones en Orce ha permitido al equipo multidisciplinar de quince personas liderado por el arqueólogo catalán Robert Sala recopilar una ingente cantidad de hallazgos que analizarán hasta el próximo verano, cuando iniciarán un nuevo periodo de trabajo de campo.
Sala ha detallado a Efe que el trabajo de esta campaña ha sido “muy fructífero” y ha permitido confirmar que Venta Micena sigue siendo “un gran caudal de restos vitales para reconstruir el medio ambiente prehistórico”.
Los trabajos en Orce, enmarcados en un proyecto de la Junta de Andalucía que comenzó el pasado año y se mantendrá hasta 2015, pretenden descubrir el secreto de la supervivencia del hombre en Euroasia y este año han recuperado colmillos de mamut que se suman a los humanos hallados en años anteriores.
“En esta campaña se ha avanzado en las excavaciones de Venta Micena, con centenares de restos de mamíferos, se ha descubierto un área de fabricación de herramientas poco común hace 1,4 millones de años y se ha avanzado en la segunda defensa de mamut de Fuente Nueva”, ha resumido el responsable del proyecto.
Sala ha detallado que el equipo iniciará ahora el análisis pormenorizado de los hallazgos para afrontar diferentes publicaciones y realizar varias tesis doctorales que volverán a defender el valor arqueológico de Orce sólo comparable a los yacimientos africanos de Olduvai (Tanzania).
Parte de las conclusiones de estos hallazgos y los de campañas anteriores se expondrán en una sesión del Congreso Mundial de Ciencia Prehistórica que se celebrará en Burgos con 1.600 expertos de todo el mundo.
“Orce será el epicentro en una de las sesiones para recalcar el valor de los yacimientos de Orce, donde apareció el primer resto humano incontestablemente reconocido por toda la comunidad científica”, ha apuntado Sala.
En el yacimiento de Barranco León fue hallado en campañas anteriores el resto humano más antiguo de Europa, un diente de leche con 1,4 millones de años de antigüedad avalado por la revista mundial de paleontología humana Journal of Human Evolutión, que resaltó su relevancia.