EL HOMBRE DE ORCE

El Hombre de Orce es un fósil óseo hallado en 1982 por el equipo del paleoantropólogo Josep Gibert i Clols en el yacimiento de Venta Micena, pedanía del municipio español de Orce, en la provincia de Granada (Andalucía). También se le conoce como fósil VM-0. Varios investigadores propusieron que el fósil era de origen animal en lugar de humano, creando una gran controversia. Los defensores de esta teoría se basaban en la presencia de una cresta en el fósil para afirmar que se trataba de restos de un équido y no de un humano como el profesor Gibert defendía. El Louvre de París fue una de las instituciones que más atacó la veracidad del resto fósil. Sin embargo, el hallazgo de un cráneo de época romana con una cresta semejante a la encontrada en el Hombre de Orce, además de los estudios químicos que demuestran la presencia de elementos exclusivamente humanos (albúmina), avalan la naturaleza humana del fósil. Por otro lado, estos análisis inmunológicos nunca fueron considerados concluyentes, pues resultaba raro y sospechoso que un fósil tan antiguo conservara cantidades tan grandes de albúmina. Los estudios muestran que la antigüedad próxima del fósil está en torno a 1,3 millones de años. En la zona se han encontrado piezas manipuladas por el hombre con una fecha estimada de 1,4 millones de años de antigüedad en los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva 3.

lunes, 19 de septiembre de 2016

ACTIVIDAD HUMANA EN ORCE HACE 1,4 MILLONES DE AÑOS.

Orce revela nuevos indicios de actividad humana de hace 1,4 millones de años.
El equipo de investigación que ha realizado la última campaña en Barranco León encuentra restos de talla de la piedra y marcas de corte.
M. VALVERDE  17.09.2016 GRANADA HOY

El equipo de investigación que ha llevado a cabo la última campaña de excavación en el yacimiento de Barranco León en Orce, dirigido por el profesor de la Universidad de Granada Juan Manuel Jiménez Arenas, ha hallado nuevos indicios de actividades humanas de hace 1,4 millones de años. En concreto, los investigadores han encontrado restos relacionados con la talla de la piedra y con el descuartizamiento de los cadáveres y fracturación de los huesos de los animales que habitaron en los márgenes del gran lago que dominó y condicionó la vida en el norte de la provincia de Granada. 

El número de registros generado durante esta campaña, que terminó la semana pasada, se acerca a los mil, "lo que nos permite realizar una aproximación cuantitativa a la riqueza arqueopaleontológica de este yacimiento", explicó el investigador del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR Juan Manuel Jiménez Arenas. 

Además, los investigadores han podido establecer una asociación espacial de industria lítica, bloques de caliza y restos de fauna localizados en el sector SW del yacimiento, "lo que sin duda nos dará mucha información sobre este yacimiento, que cuenta con una cronología de 1,4 millones de años". 

El equipo interdisciplinar que ha trabajado en la zona está formado por investigadores de la Universidad de Granada, el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, la Universidad de Málaga y la Universitat Autònoma de Barcelona. 

Los investigadores han desarrollado los trabajos de campo en este emblemático yacimiento desde el pasado día 22 de agosto hasta el 10 de septiembre. Éstos se han podido llevar a cabo gracias a un contrato concedido a la UGR por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 

Por otra parte, los científicos han tomado imágenes fotográficas con el fin de reconstruir tridimensionalmente la superficie excavada -con los materiales antes de ser extraídos- así como del entorno geográfico. 

Tras haber finalizado la excavación, "ahora nos queda por delante la ardua tarea de laboratorio de determinar la funcionalidad de cada uno de los elementos exhumados, interpretar aspectos relacionados con el agente que acumuló dicha asociación e inferir aspectos sobre el comportamiento del rico y variado conjunto faunístico de la zona: mamuts, hipopótamos, rinocerontes, caballos, bóvidos, cérvidos, tigres dientes de sable, licaones, ancestros del lobo y, cómo no, humanos". Por su parte, el lavado del sedimento permitirá, a través de los restos de las especies más pequeñas de la comunidad de vertebrados, desentrañar aspectos paleoclimáticos de enorme interés científico. 

La labor formativa del equipo de investigación ha sido igualmente satisfactoria, siendo destacable la participación de alumnos de la UGR a quienes se han sumado estudiantes de las universidades de Sevilla, Málaga y Alcalá de Henares (Madrid). 



Sobresale la labor de difusión llevada a cabo durante el tiempo de campaña, que ha llevado a la zona a más de un centenar de personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario