La muela de Orce vuelve a ser el primer europeo
conocido
Tras casi dos meses de polémica, una muela desenterrada en Orce(Granada)
vuelve a ser el resto humano conocido más antiguo de Europa occidental.
El hallazgo se anunció el 1 de marzo, pero 20 días después la revista científica
que lo publicó, el Journal of Human Evolution, decidió retirar “temporalmente” el estudiodel diente sin dar explicaciones. De repente, los europeos se quedaron
sin tatarabuelo.
vuelve a ser el resto humano conocido más antiguo de Europa occidental.
El hallazgo se anunció el 1 de marzo, pero 20 días después la revista científica
que lo publicó, el Journal of Human Evolution, decidió retirar “temporalmente” el estudiodel diente sin dar explicaciones. De repente, los europeos se quedaron
sin tatarabuelo.
Se trata de una muela de leche perteneciente a un niño de 10 años que vivió en la
región hace 1,4 millones de años, entre tigres de dientes de sable, hienas gigantes, hipopótamos y rinocerontes. Los expertos creen que el niño sería de una especie
humana desconocida para la ciencia, también presente en Atapuerca (Burgos) y bautizada provisionalmente “la especie Ñ”.
región hace 1,4 millones de años, entre tigres de dientes de sable, hienas gigantes, hipopótamos y rinocerontes. Los expertos creen que el niño sería de una especie
humana desconocida para la ciencia, también presente en Atapuerca (Burgos) y bautizada provisionalmente “la especie Ñ”.
La controversia nació de un culebrón científico que ya dura más de 30 años. Los responsables del hallazgo, Isidro Toro y Bienvenido Martínez, no habían mencionado
en su estudio al hombre que descubrió los yacimientos en 1976, el ya fallecido
Josep Gibert, ni ninguno de sus trabajos en la zona. Su hijo, Luis Gibert, y otros
colegas denunciaron el olvido y exigieron que se citaran aquellos trabajos, entre
ellos el hallazgo de otra presunta muela humana de 1,25 millones de años
publicada en 1999.
en su estudio al hombre que descubrió los yacimientos en 1976, el ya fallecido
Josep Gibert, ni ninguno de sus trabajos en la zona. Su hijo, Luis Gibert, y otros
colegas denunciaron el olvido y exigieron que se citaran aquellos trabajos, entre
ellos el hallazgo de otra presunta muela humana de 1,25 millones de años
publicada en 1999.
Las normas de la ciencia imponen que los científicos citen los estudios de sus predecesores y esa supuesta muela de 1999 competiría con la de 2013 como
resto del primer europeo conocido. Toro y Martínez la ignoraron a propósito,
porque no la consideraban humana en absoluto, pero el editor del Journal of
Human Evolution, una de las revistas más prestigiosas en su campo, les obligó
a citar los estudios anteriores. Y lo hicieron, pero no del todo como esperaba el
hijo del descubridor de los yacimientos de Orce.
resto del primer europeo conocido. Toro y Martínez la ignoraron a propósito,
porque no la consideraban humana en absoluto, pero el editor del Journal of
Human Evolution, una de las revistas más prestigiosas en su campo, les obligó
a citar los estudios anteriores. Y lo hicieron, pero no del todo como esperaba el
hijo del descubridor de los yacimientos de Orce.
Un posible diente de hipopótamo
El estudio revisado fue publicado de nuevo el viernes por la tarde en la web del
Journal of Human Evolution. Los cambios, en palabras de Isidro Toro, son
“mínimos y menores”. Los autores, obligados por el editor de la revista, citan
ahora media docena de estudios previos de Josep Gibert, pero en ocasiones
para dudar de su credibilidad. Gibert fue hasta su muerte el principal defensor
de la humanidad de un fragmento de cráneo hallado en 1982 en Orce, pero
para muchos otros científicos no es más que un resto fósil de un caballo
o de una cierva.
Journal of Human Evolution. Los cambios, en palabras de Isidro Toro, son
“mínimos y menores”. Los autores, obligados por el editor de la revista, citan
ahora media docena de estudios previos de Josep Gibert, pero en ocasiones
para dudar de su credibilidad. Gibert fue hasta su muerte el principal defensor
de la humanidad de un fragmento de cráneo hallado en 1982 en Orce, pero
para muchos otros científicos no es más que un resto fósil de un caballo
o de una cierva.
«Este es el primer resto humano de Europa, reconocido por la comunidad científica internacional. Ya no hay más debate»
ISIDRO TORO
Director del Museo Arqueológico de Granada
Ahora, aprovechando que estaban obligados a citar los trabajos previos, Toro
y Martínez rebaten que la muela de 1999 sea humana y apuntan “la posibilidad”
de que fuera un diente de un hipopótamo, una de las especies de grandes
más habituales en la zona. Los análisis efectuados por el paleontólogo
Paul Palmqvist, de la Universidad de Málaga, destacan “la capa de esmalte
relativamente gruesa”, que encajaría con una muela de leche de un hipopótamo
de la especie Hippopotamus antiquus, un animal ya extinguido que podía
superar los 4.000 kilogramos.
y Martínez rebaten que la muela de 1999 sea humana y apuntan “la posibilidad”
de que fuera un diente de un hipopótamo, una de las especies de grandes
más habituales en la zona. Los análisis efectuados por el paleontólogo
Paul Palmqvist, de la Universidad de Málaga, destacan “la capa de esmalte
relativamente gruesa”, que encajaría con una muela de leche de un hipopótamo
de la especie Hippopotamus antiquus, un animal ya extinguido que podía
superar los 4.000 kilogramos.
“Estamos satisfechos, porque hemos aportado nuevos datos que arrojan luz
sobre las viejas polémicas. Este es el primer resto humano de Europa,
reconocido por la comunidad científica internacional. Ya no hay más debate”,
zanja Toro, director del Museo Arqueológico de Granada.
sobre las viejas polémicas. Este es el primer resto humano de Europa,
reconocido por la comunidad científica internacional. Ya no hay más debate”,
zanja Toro, director del Museo Arqueológico de Granada.
Luis Gibert, geólogo de la Universidad de Barcelona, también se muestra
“satisfecho” porque se hayan citado los estudios de su padre. “El trabajo queda
más completo haciendo referencia a lo que se había hecho antes”, sostiene. Sin embargo, Gibert no está de acuerdo con que la muela de 1999 perteneciera a un hipopótamo. “Hay la misma posibilidad de que sea humana que de que
perteneciera a un hipopótamo. Nos tocará demostrarlo”, avanza.
El culebrón de Orce promete ser interminable
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“satisfecho” porque se hayan citado los estudios de su padre. “El trabajo queda
más completo haciendo referencia a lo que se había hecho antes”, sostiene. Sin embargo, Gibert no está de acuerdo con que la muela de 1999 perteneciera a un hipopótamo. “Hay la misma posibilidad de que sea humana que de que
perteneciera a un hipopótamo. Nos tocará demostrarlo”, avanza.
El culebrón de Orce promete ser interminable
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José Gilbert fue un hombre excepcional... espero que el tiempo ponga a cada uno en su sitio.
ResponderEliminarComo dijo hace poco su hijo Luis Gilbert, "En Orce no ha habido ética, y sin ética no hay progreso"